miércoles, 15 de enero de 2014

De Jared Wilson y un Tirón de Orejas a los Calvinistas que No Dan Gracia Ni a la de Tres...

Un hermano me envía un artículo que retrata magistralmente la actitud de muchos de nosotros que no dudan a la hora de describirse como Defensores de las Doctrinas de Gracia, pero que paradójicamente son resistentes como pocos a dar esa Gracia que tanto predican.

EL artículo se titula Don't Waste Your Calvinism, es decir, No Malbarates Tu Calvinismo, está firmado por el calvinista Jared Wilson, y publicado en la web calvinista The Gospel Coalition.

He seleccionado algunas partes que enfatizan que el juicio debe empezar por casa.
He discutido con otros calvinistas de dónde puede venir el (bien merecido) estereotipo de Calvinista sin Gracia.
No debería requerir una profunda humildad la doctrina de la Depravación Total?
No debería excluir del todo un espíritu de superioridad la doctrina de la Elección Incondicional?
Y no obstante, hay una arrogancia doctrinal que infecta al cristianismo calvinista.
Este tipo de cultura produce gente doctrinal tipo el hombre de hojalata de Baum: Chirriantes y sin corazón. [...]

No obstante, la falta de Gracia nunca es tan decepcionante para mí como cuando se encuentra entre aquellos que se llaman calvinistas, porque es un malbaratamiento total del calvinismo.

Por qué?
Porque es irónicamente deprimente y una desgracia que muchos que se aferran alas llamadas 'Doctrinas de Gracia' suelen ser las personas que menos Gracia dan del mundo.
Cuanto más lo soteriológico es monergístico -y lo suscriben la mayoría de los ratones de biblioteca de los que estoy hablando aquí- más tu orgullo es una vomitiva afrenta a Dios.
La hipocresía es incongruente.

Algunos atribuyen este fenómeno al auge de fundamentalistas a finales del siglo XIX, y al auge de las tribus de internet de finales del XX, pero la cosa va más atrás en el tiempo que eso. He aquí John Newton escriiendo lo siguiente en el siglo XVIII,
"Y me temo que hay calvinistas que, mientras cuentan como prueba de su humildad su intento de humillar a la criatura, y dar toda la Gloria de la Salvación al Señor, no saben, sin embarge, de qué espíritu son...
La santurronería llena de orgullo se alimenta de las muchas doctrinas tanto como de las muchas obras, y un hombre puede tener un corazón de fariseo, mientras su cabeza está anclada en ortodoxas nociones de lo inútil de toda criatura y las riquezas de la Gracia gratuita."
On Controversy, in The Works of John Newton (New York: Williams & Whiting, 1810), 1:245.)
El problema va más atrás en el tiempo que Newton, más atrás incluso que los 'puritánicos' puritanos de los siglos XVI y XVII.
Se remonta a la Caída, donde el deseo de saber cosas tal como las conoce Dios (Gén. 3:6) comportó no la Gloria de Dios sono la adoración del Yo.
El mucho conocimiento envanece (1 Cor. 8:1).

Aquí está el asunto, el problema no es la Teología Reformada, tal como muchos de mis amigos arminianos les gusra decir, el problema no es el calvinismo.

No, el problema lo es la conciencia al Evangelio (que atraviesa sistemas teológicos y tradiciones), o la ausencia de dicha conciencia.

Un calvinista sin gozo conoce las mecánicas de la Salvación (probablemente), pero es como el tipo que sabe cómo funciona un motor, y cómo corre un coche.
Puede desmontarlo y montarlo de nuevo, conoce cada parte y cómo funciona.

Un calvinista sin Gracia es como un tipo que sabe cómo funciona un coche pero que nunca lo ha hecho circular [...].

El despertar al Evangelio cambia todo propósito teológico, reorienta el conocimiento para que nos ayude a conocer a Dios, no a saber cosas...
Se goza en Dios, no en los pensamientos sobre Dios.
Clap, clap, clap, y que conste que estoy aplaudiendo con las orejas...

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